“In Terra pax hominibus bonae voluntatis” o paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Con esta bonita frase del evangelio de Lucas que narra el nacimiento de Jesús y la anunciación del ángel a los pastores, un apreciado cliente y amigo me felicitó la Navidad.
Para el año que está a punto de empezar les deseo, además de paz y buena voluntad, que en 2024 seamos capaces de vivir un año rebosante de buen juicio, prudencia y sensatez, que son las cualidades que definen la madurez. Así pues, que vivamos unas vidas maduras.
Y en esta línea, que gocemos de sabiduría, para transitar por situaciones complejas de la mejor forma posible y aceptar con calma los acontecimientos venideros; de valor, para hacer lo correcto; de justicia, para dar a cada uno lo suyo y no hacernos daño; de templanza, para actuar con moderación y mesura; y, por último, de serenidad en estos tiempos de tribulaciones, sobre todo cuando las circunstancias sean adversas. Puesto que la serenidad no consiste en estar a salvo de la tormenta, sino en encontrar la paz en medio de ella (Thomas de Kempis). De hecho, la serenidad es uno de los signos más claros de una vida superior. Además, mostrar tranquilidad y aplomo nos ahorrará muchos problemas y discusiones. Así que coviene tenerla.
En fin, que la felicidad sólo puede hallarse en el interior. Y una vez alcanzado lo anterior todo lo demás vendrá, casi seguro, por añadidura. ¡Feliz año nuevo!